Sin noticias de BarcelonaWorld
Los promotores de BCN World y la administración catalana han decidido no dar más detalles sobre la evolución del complejo de ocio que se ubicará junto a PortAventura. Se desconoce cómo va la captación de inversores y la fecha para poner la primera piedra, prevista para el verano, se ha pospuesto.
La falta de noticias concretas ha generado cierta inquietud en el territorio por si el proyecto que impulsa el grupo inversor Veremonte estuviera parado o congelado. Ante esta preocupación el consejero de Turismo, Felip Puig, ha declarado que la información que él tiene es positiva y que se está avanzando. Asegura que antes de verano podría haber novedades.
El silencio informativo de BCN World contrasta con el goteo planificado que está realizando Eurovegas en Madrid. El proyecto de la Costa Daurada debía ejecutarse con más celeridad que el madrileño y para ello debería comenzar a generar concreciones en breve.
El tiempo apremia. La obertura al público estaba prevista para 2016 y Veremonte sigue buscando capital inversor en Estados Unidos y el sudeste asiático. Sí que está claro que todo el proyecto tendrá una dimensión algo más ajustada que la planificada inicialmente. De seis casinos previstos se pasaría a cuatro. Internamente la Generalitat está trabajando en una modificación de la normativa de juego que flexibilizaría la actividad, con modificaciones muy ajustadas a los intereses de BCN World: apertura 24 horas de las salas de juego y ampliación del catálogo de modalidades de juego.
El complejo de ocio y comercial supondrá una transformación urbanística para la zona ubicada junto a PortAventura y para cumplir con el calendario debería comenzar la construcción el próximo mes de septiembre.
Por su parte, los consistorios de Vila-seca y Salou ya están negociando la fórmula para repartirse los impuestos municipales que deberán cobrar a BCN World. En principio las desavenencias son importantes. La Generalitat está mediando para que se avengan a un modelo similar al que tienen con PortAventura aunque Salou es reticente porque considera que el porcentaje que le corresponde para el reparto de los impuestos debe ser mayor al planteado.