El sector turístico no puede permanecer indiferente ante la destrucción de Palmira
Los restos arqueológicos de Palmira, la «ciudad de los árboles de dátil» vuelven a estar en peligro. Uno de los restos más valiosos de la antigüedad sobre el planeta puede desaparecer.
El fanatismo ya sometió a la destrucción, durante cerca de un año, esta ciudad arqueológica que ahora vuelve a estar en manos del Estado Islámico. Desde diciembre amenazan con terminar el trabajo que iniciaron en mayo de 2015. Acaban de derribar parte del teatro romano y la columnata de Tetrapilón. Ya habían arrasado antes otros monumentos como el templo de Bel, el santuario de Baalshamin, algunas torres mayores y el Arco del Triunfo.
El turismo es descubrimiento y disfrute pero también compartir y respetar. La mutilación de las joyas arquitectónicas sobre la tierra son una aberración para la humanidad y un auténtico desastre por lo que representa el Turismo. Las guerras también representan todo lo opuesto a los valores del turismo.
Patrimonio de la Humanidad, la Palmira siria será irremplazable, es uno de los destinos más ricos excavados por los arqueólogos junto a Pompeya (Italia) y Éfeso (Turquía).
La comunidad internacional debe hacer frente a la irracionalidad anticultural que se está produciendo en Palmira con la destrucción de los tesoros de la humanidad. ¿Cómo hacerlo?