Preocupación ante el posible hundimiento del turismo ruso en 2015
La crisis económica de Rusia, con una devaluación del rublo tan espectacular, hace preveer una caída del turismo ruso el próximo año en porcentajes del 40%. El empresariado turístico está preocupado pero poco se puede hacer ante una situación económica tan complicada como la que está viviendo Rusia.
Los operadores turísticos no se atreven a calcular la magnitud del descenso. Los últimos meses de 2014 el emisor ruso ha caído entre el 20% y 30% en España y para el 2015 la situación aún será peor. Los destinos europeos del Mediterráneo se han encarecido hasta un 40% por el efecto de la devaluación. Los paquetes turísticos para viajar a Europa son más caros pero además los salarios en Rusia también deben hacer frente a una subida de precios internos.
Con un nivel de depreciación de la moneda tan alto bajar precios ya no entra dentro de las soluciones posibles. Otras fórmulas pueden pasar por la fidelización de los clientes de mayor poder adquisitivo, potenciar la especialización en algunos productos o directamente buscar nuevos mercados emisores substitutivos. Destinos como Turquía tendrán más margen de maniobra. La cercanía con Rusia -que supone vuelos más económicos-, la no dependencia del euro o las características de su oferta basada en el Todo Incluido –más demandada por los clientes en los emisores en crisis-, la pueden convertir en un destino refugio.
Otro factor que no ayudará en 2015 a los viajes a Europa será la introducción del visado biométrico. La UE obligará a recoger huellas dactilares a todos los turistas rusos para expedir el visado. Esto supondrá más dificultades en la emisión, desplazamientos a dependencias especiales de emisión e incomodidades. Turquía no requiere visado a los turistas rusos.
El presidente Vladimir Putin prevé que la recesión dure dos años como máximo. El PIB del país cerrará el año con un crecimiento de medio punto y 2015 podría ser negativo. El banco central ruso, que ha subido los tipos de interés 6,5 puntos, podría frenar la depreciación de la moneda “a costa de que la recesión económica sea más profunda”, ha alertado el Nobel de economía Paul Krugman. No será de extrañar que el gobierno inicie políticas para incentivar el consumo que incluyan potenciar las vacaciones internas.