Los hoteles ponen ingenio para incrementar ingresos
La irrupción de las viviendas turísticas en el sector del alojamiento está forzando a la hotelería a agudizar el ingenio para conseguir nuevos ingresos. La competencia que incide sobre la oferta de alojamiento fuerza a buscar la manera de extraer el máximo rendimiento al cliente.
La lógica empresarial indica que los hoteles necesitan captar a los turistas de máximo poder adquisitivo para compensar la posible pérdida de clientes que optan por otra modalidad de alojamiento.
En teoría las viviendas turísticas atraen a un público que quiere obtener una atención personalizada gracias a esa figura creada últimamente denominada “anfitriones”. Esta es una de las ventajas competitivas de los pisos turísticos que se comercializan en plataformas como Airbnb.
Y ¿cómo pueden obtener los hoteles un plus para su negocio? Pues hasta ahora básicamente ofreciendo complementos orientados a clientes de poder adquisitivo alto centrándose en las terrazas y la restauración.
El aprovechamiento al máximo de las terrazas de los hoteles ya es una realidad en Barcelona y en Madrid. Sobre todo, en la capital catalana, dónde las actividades que se programan en estos espacios, desde hace años, es muy consistente.
En cuanto a la restauración, los establecimientos hoteleros se han marcado como oportunidad atraer al ciudadano de la calle hacia sus restaurantes, independientemente de si pernoctan en el hotel o no. Para superar la barrera psicológica que tienen los clientes a acceder a un hotel para disfrutar de una experiencia gastronómica, los empresarios han apostado por ofrecer una oferta culinaria de alta calidad y muy atractiva. Proliferan los establecimientos que cuentan con chefs de reconocido prestigio o con cocineros de calidad que bajo el paraguas de un hotel aspiran a escalar posiciones en los ránquines internacionales de la gastronomía.