Los cruceristas molestan en Barcelona
Un estudio económico sobre los cruceros en Barcelona sitúa en 800 millones de euros la facturación anual que genera su actividad. El Ayuntamiento de Barcelona sigue cuestionando su retorno social y reclama estudios de impacto negativo.
El Puerto coincide en situar un límite de llegadas de cruceristas y defiende un crecimiento sostenido en temporada baja hasta llegar a los 3 millones en 2020. Este año la ciudad prevé acoger casi 2,7 millones de visitantes de cruceros. El estudio económico cifra en 7.000 puestos de trabajo y 413 millones de euros el impacto de los cruceros sobre el PIB de Cataluña, 313 de los cuales se quedarían en Barcelona.
Por su parte, el consistorio quiere incrementar los impuestos a los cruceriastas poniendo tasas a aquellos que sólo pasan unas horas en la ciudad. Más de la mitad de los visitantes pasan menos de 12 horas. Los responsables municipales creen que en algunos casos comporta “la expulsión indirecta de los vecinos de los barrios”.
La Generalitat ya ha salido al paso de esta voluntad municipal descartando una tasa para turistas que no pernoctan en Barcelona puesto que la competencia de la tasa turística es autonómica. El Gobierno catalán ha anunciado que “no tiene previsto hacer modificaciones en este ámbito”.