Los bosques de Lleida preparados para recibir un aluvión de cazadores de setas
Municipios del Pirineo regulan la recolección con una tasa que deben pagar los turistas micológicos
Las lluvias de principios de septiembre en el Pirineo y el Prepirineo catalán han avanzado la campaña de setas que se alargará hasta la llegada del invierno, en diciembre.
Miles de turistas amantes de la práctica de la “caza de setas” se activarán en breve y llenarán las comarcas de montaña. Los expertos del Centro Forestal calculan que la temporada será buena con una previsión de una producción media de entre 50 y 60 kg por hectárea. Encontrarán sobre todo níscalos, cepas y rebozuelos. También aparecerán los primeros puntos ambulantes de venta de setas en las carreteras de acceso al Pirineo.
Para minimizar el impacto de la afluencia masiva de buscadores de setas algunos municipios como el de Alins, en el Pallars Sobirà, regula desde esta temporada la recolección de setas en todo el municipio y ha fijado una tasa de 5 euros por día que permite recoger un máximo de 10 kilos por persona en los bosques del término municipal. En el caso del Valle de Aran una regulación que aplica desde 2014 prohíbe la recogida de setas excepto a vecinos, residentes y turistas que pernocten en el valle.
Existen diversas iniciativas para regular la presencia de estos visitantes, pero todavía no se ha llegado a un consenso sobre si fijar una tasa para acceder al bosque, limitar la cantidad de setas por persona o establecer sistemas similares a los cotos de caza.