Las innovaciones tecnológicas aplicadas al segmento del MICE parecían que tendrían una importante incidencia de presente y futuro, pero por el momento no es así. Las reuniones y ferias virtuales no despegan.
Los organizadores de congresos (OPC) permanecen atentos a las nuevas propuestas, pero la realidad es que un congreso o una feria, por ahora, tienen un valor que no sustituye una conexión de Skype. El trato personal o la necesidad de contactar en un ambiente diferente con el interlocutor de negocios tiene su peso aún.
El plasma y las herramientas digitales no superan a los eventos concebidos al estilo tradicional. Una reciente encuesta de ámbito mundial, entre profesionales MICE, predecía que este 2018 utilizarían tecnología virtual en un 10% de sus reuniones. En el caso de Estados Unidos el porcentaje es superior, por encima de una cuarta parte.
Los encuentros virtuales proliferan sobre todo para pequeños grupos o para sumar a alguna persona concreta en una reunión presencial. Así, el turismo MICE puede seguir respirando. Las ferias y los congresos no desaparecen, se pueden transformar, aunque contando con la asistencia en vivo de los asistentes.
Permanecer ante la pantalla de un ordenador durante mucho tiempo siguiendo una intervención congresual en tiempo real no es una buena opción. Sí lo es para reuniones ejecutivas de equipos pequeños. Y estas reuniones ejecutivas virtuales, probablemente, no sustituyen planificación de un viaje de negocios.