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Reportajes

Las ocurrencias sobre turismo de los políticos en campaña municipal

Hacer un seguimiento de los candidatos y candidatas a dirigir el ayuntamiento de una capital con ojos del sector turístico da para mucho. Sobre todo, para descubrir el bajo conocimiento que tienen de la actividad y como más que propuestas explican ocurrencias, por no calificarlas de chorradas o insensateces.

El coste del transporte público de Barcelona sufragado por los turistas. Esta es la idea que la actual alcaldesa, Ada Colau, ha puesto sobre la mesa con el fin de captar votos. BComú sabe que la tasa turística no puede cubrirlo todo, pero no se cortan en su ambición para enviar mensajes en esta línea.

Un carné de puntos para los pisos turísticos que irían perdiendo según las quejas de los vecinos y acabarían cerrados por vulnerar la convivencia. Con esta idea Jaume Collboni del PSC sustituye el alcoholímetro de tráfico por el sonómetro para apartamentos.

Expropiar apartamentos turísticos a las bravas para aumentar la oferta de alquiler de viviendas. Ernest Maragall de ERC anuncia una propuesta que no aparece en su programa electoral. Dispara con bala, esperamos que no toque a ningún familiar con patrimonio inmobiliario. Además, una tasa turística de 10 euros es la segunda ocurrencia que Maragall ha añadido a la campaña. ERC tendrá un problema si llega al gobierno municipal. Difícil que supere un mínimo control de promesas incumplidas.

Policía, policía y más policía. La inseguridad en la ciudad es un hecho y Elsa Artadi, candidata de JuntsxCat denuncia que los delitos en la ciudad se han incrementado un 30% y por ello propone aumentar la plantilla de la Guardia Urbana en 300 efectivos. Artadi pasa de puntillas que los Mossos tienen las competencias en seguridad ciudadana y están gestionados por el Gobierno catalán de donde ha sido vicepresidenta hasta hace pocas semanas.

Abrir la 3ª Guerra Mundial contra los manteros durante 90 días. Manuel Valls de Barcelona por el Cambio-Cs ha centrado su campaña en torno a una problemática de incidencia limitada, pero está dispuesto a matar moscas a cañonazos.

El candidato que presume de no tener pelos en la lengua, porque según él, la tiene «depilada», es Josep Bou, del PP. Sus ocurrencias pasan por abrir sucursales en Barcelona del Museo de El Prado y del Reina Sofía. Bou quizás desconoce el patrimonio museístico de la ciudad que aspira a gobernar y su potencial turístico.

Perseguir a las plataformas que no colaboran en la oferta ilegal de pisos turísticos como “sí está haciendo Airbnb en Barcelona”. Jordi Graupera de BCNésCapital desconoce el sector o quiere complacer a una multinacional norteamericana a la que se siente muy cercano.

Con la Liga de fútbol en el saco del FC Barcelona, los candidatos no hablan de cómo Madrid ha superado a Barcelona en la «liga» de los destinos de congresos. Según el prestigioso ranking ICCA (International Congress and Conventions Association) la capital catalana ha pasado de la tercera a la cuarta posición mientras que Madrid ha escalado hasta la tercera posición desde la séptima.

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