La restauración debe adaptarse a las personas celíacas

La presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, trasladó la necesidad de concienciación de los legisladores para que regulen medidas que mejoren la calidad de vida de las personas celíacas. Uno de los puntos de mejora está vinculado al ocio y concretamente a la demanda de mayor control en la restauración.

En una jornada dedicada a la enfermedad celíaca en el Congreso expertos y representantes de las asociaciones de personas que padecen celiaquía llevaron al entorno político el debate sobre la situación que rodea a este colectivo.

Tal y como explican las asociaciones, comer fuera de casa es uno de los aspectos más problemáticos del día a día de la persona celíaca, porque condiciona su vida social. La mayor parte de los establecimientos que ofrecen comida identificada como “sin gluten” no cumplen el Reglamento Europeo 828/2014 (contener menos de 20 partes por millón de gluten). Ante esto, la mayoría de las asociaciones de celíacos realizan formación a los restauradores interesados. El sector puede sensibilizarse como oportunidad de negocio dado que existen pocos establecimientos realmente aptos para este colectivo. Ahora puede ser el Congreso quien dé también pasos adelante reclamando mayor formación al sector, controles y garantías para las personas celíacas.

Entre el 1 y el 2% de la población de los países occidentales sufre celiaquía y, aunque afecta a todos los grupos de edad, su incidencia en mujeres duplica la de los hombres. En España hay medio millón de celíacos y buena parte de ellos no están diagnosticados.

Los alimentos sin gluten son, hoy por hoy, el único tratamiento existente para la enfermedad. La restauración debe tener esa sensibilidad hacia una parte de la población que padece una enfermedad. La mayoría de los países europeos sí reconocen la celiaquía como una enfermedad crónica.

La Asociación Celíacos de Cataluña, la Asociación de Celíacos de la Comunidad de Madrid y la Federación de Asociaciones de Celíacos de España (FACE) que han sido los promotores de esta iniciativa se felicitan porque por primera vez en la historia de la democracia española una jornada dedicada a la enfermedad en el Congreso de los Diputados.