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Reportajes

La mujer, empuje del sector

A menudo me encuentro con una dicotomía al afrontar días como el de mañana, en el que se celebra oficialmente el “Día de la Mujer Trabajadora”:  ¿Celebrarlo no es, en sí mismo, un acto de claudicación ante la “diferencia” de género que se pretende eliminar? En sentido contrario, no celebrarlo, ¿no constituye una desconsideración hacia el enorme papel realizado por la mujer trabajadora y su influencia en el proceso de equiparación de derechos e igualdades del mundo actual?

Reconozco que siempre me ha producido un cierto pudor, cuando no directamente rechazo,  celebrar ningún tipo de “Día Internacional de…”. No sabría explicar el por qué. Creo que responde más bien a una natural percepción de innecesariedad  (disculpad el neologismo). Fui criado en la creencia de que todos somos exactamente iguales y, a la vez, completamente distintos. A menudo pienso en las palabras de la famosa antropóloga Margaret Mead: “Recuerda siempre que eres absolutamente único… exactamente igual que todos los demás”.

No obstante, dicho esto, es cierto que hay “días y Días”. Y precisamente mañana, que es el de la “Mujer Trabajadora”, me invita a alzar la voz. Hacerlo un 8 de marzo o un 15 de octubre es lo de menos, pero creo que es necesario destacarlo. Y en nuestro sector, el turístico, todavía más. Por eso voy a fijar mi particular celebración en un “1 de julio”. Fue tal día como un 1 de julio de 1986 cuando entré a trabajar en el ámbito turístico de la Administración.

Lo que más me llamó la atención ya desde el principio fue la enorme “desproporción de género” que había en los cuadros directivos, la mayor parte copados fundamentalmente por hombres. Este hecho contrastaba claramente con la cantidad de mujeres que formaban el grueso del sector turístico en general –tanto en el ámbito público, como en el privado- y, en cambio, el escaso peso en rango que ostentaban. Con el tiempo fui interiorizando esta realidad y, como siempre –tal y como me habían enseñado- seguí valorando a las personas con las que trabajaba exclusivamente por sus méritos, independientemente del sexo que tuvieran.

Crecí en la estructura jerárquica interna (me pregunto si lo hubiera conseguido de haber sido mujer, por cierto) hasta un momento en que el equipo del área de responsabilidad que me correspondía, tanto en las oficinas centrales como en el extranjero, estaba formado por unas treinta personas… y solo cuando me fui de la Administración me di cuenta de que la gran mayoría eran mujeres, precisamente porque tal hecho, a efectos del objetivo que perseguíamos todos y todas –el servicio público – era totalmente intrascendente.

Afortunadamente, con el paso del tiempo, los cambios sociales y un refrescante e imprescindible sentido de la igualdad, el reconocimiento de la valía y el mérito de cada uno, la situación ha ido mejorando de tal forma que es muy habitual (por suerte) encontrarte con mujeres que ostentan altas cotas de responsabilidad dentro del sector. Es probable, quién sabe, que celebraciones como la del 8 de marzo hayan ayudado a que, con los años, se hayan ido equilibrando las distancias que anticuadas convenciones sociales impusieran y hayan servido –al menos así lo quiero creer- para reconocer que, sin estas mujeres –las de ahora y las de siempre-, nuestro sector no tendría el empuje que le caracteriza actualmente.

Por eso vale la pena, un año más, reivindicar la importancia que subyace a una fecha como la de mañana: Gracias a todas las mujeres trabajadoras que han hecho crecer el sector turístico, en nombre de todos los integrantes de Comunicatur.

Jordi Blanch
Director Institucional
Comunicatur

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