La inteligencia artificial también en turismo
Ante el nuevo paradigma que abre la AI, se plantean multitud de incógnitas que por ahora no tienen respuesta
El tema de moda es la Inteligencia Artificial (AI). Un nuevo actor que se planta frente al nuevo mundo sin que aparentemente ciudadanos, empresas y administraciones estén preparados.
Los opináticos de este nuevo paradigma auguran que la inteligencia artificial aumentará la productividad, hasta un 7 %, a nivel mundial en solo 10 años. Pero la parte negativa será que podría desencadenar una restructuración del mercado laboral provocando una ola de desempleo. Goldman Sachs ya le ha puesto cifra: alrededor de 300 millones de empleos entrarán en riesgo en Europa y Estados Unidos.
¿Y en el sector turístico qué?
¿Debemos temer también una sustitución de capital humano por Chat GPT? Es posible, o no, que estemos ante una nueva revolución industrial. La sociedad de la información, la del acceso a Internet y la hiperconectividad, ha dado un paso más. Al igual que supuso un cambio para el sector turístico la llegada de Internet, sobre todo el de la intermediación y la gestión, con la AI y el Chat GPT, se abren nuevas posibilidades y entornos de desarrollo. Al fin y al cabo, se trata de un nuevo escenario que permite la automatización máxima para ser más eficientes y productivos. A partir de aquí, el sector turístico podrá beneficiarse de todo aquello que permita convertir en automatismos.
La AI sí substituirá personas porque permite realizar trabajos en base a conocimientos ya existentes e incluso a partir de aquí ir aprendiendo de la experiencia. Al igual que Google puso al alcance de todo el mundo la información de la red con la inteligencia artificial este conocimiento se multiplica exponencialmente e incluso se desarrolla autónomamente en máquinas/ordenadores.
Imaginemos en el mundo del viaje lo que puede suponer que la inteligencia artificial proponga los mejores programas, planes, recorridos… o que en el campo de la gestión esta AI tome las mejores decisiones porque será capaz de analizar todos los parámetros posibles habidos y los que puede haber en un futuro. Con la AI se puede prever el futuro analizando el presente y pasado, y previsiblemente sus predicciones tengan más credibilidad que las que se realizan a nivel humano. Así que el sector turístico aplicará también esta posibilidad.
Escribir un artículo sobre turismo y AI, a día de hoy, es muy pretencioso, ya que la realidad es que se desconoce todavía cómo afectará al sector. Es una tecnología que parece que ha llegado para quedarse y no hace falta pensar mucho para encontrarle aplicaciones. Veremos qué pasa en el futuro.