La inestabilidad de Cataluña preocupa, y mucho, en el sector turístico
La fragilidad social que se respira en Cataluña puede poner en peligro la actividad turística. La ‘gallina de los huevos de oro’ pende de un hilo si el destino entra en una crisis de inestabilidad social con afectaciones en la calle.
Las imágenes de violencia policial del 1-O sumadas al paro general y a las manifestaciones constantes por las calles inquieta a los operadores turísticos. Algunos gobiernos ya han advertido de la situación a sus nacionales que quieren viajar a Cataluña. El Reino Unido y Alemania ya lo han hecho y en los próximos días se añadirán otros. Por ahora les informa sobre concentraciones que pueden comportar altercados.
El principal problema turístico no radica en la afectación de una huelga puntual como la producida el día 3 de octubre con el aeropuerto funcionando a medio gas, las carreteras cortadas, los servicios intermitentes y los equipamientos turísticos cerrados. La preocupación del sector está en que la situación de movilización y huelga se traslade a la calle de manera recurrente y permanente.
Los agentes de viaje y las cancillerías de exteriores no tardarían mucho en desaconsejar el viaje y derivarlo hacia otros destinos más seguros. Estos días el sector catalán está recibiendo llamadas constantes del exterior interesándose por la situación. Las empresas catalanas tratan con discreción el tema conscientes de que el negocio turístico, pilar de la economía catalana, está en juego.
