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Destinos

La gentrificación también afecta a la gastronomía

Existe una expansión de locales y cartas que se parecen

Muchos restaurantes en las grandes ciudades se han decantado por una oferta gastronómica homogénea. Las franquicias se han abierto paso en los lugares turísticos.

Cuando llega la hora de comer o cenar, el turista busca platos típicos del lugar, pero no siempre los destinos los ofrecen, y menos con la calidad esperada. Y es que, según los expertos en marketing, los turistas se acostumbran a unos platos que les resulten familiares y sabores parecidos como garantía de éxito.

La generalización de toda esta comida pone en riesgo la gastronomía local que cada vez queda más restringida a pequeños establecimientos que subsisten y que se resisten a cambiar su carta por una más estandarizada: “Si no se defiende una gastronomía propia el destino pierde buena parte de la identidad cultural de un lugar”, aseguran.

En los centros turísticos es difícil mantener un negocio de restauración tradicional, aquellos a los que siempre han ido clientes locales y que ahora básicamente tienen clientes foráneos. Así, el tartar, el humus o la quínoa se abren paso dejando de lado las propuestas de la dieta mediterránea. La gentrificación ha llegado también a la gastronomía.

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