La Fórmula 1 a la valenciana en el Circuito de Cataluña
Mantener la celebración del Gran Premio de Fórmula 1 en el Circuito Barcelona-Cataluña supone una inversión astronómica para la administración pública. El retorno de la inversión debería ser lo suficientemente alto como para compensar un esfuerzo de millones y millones de euros.
Ahora toca renovar el acuerdo para la celebración de nuevos grandes premios en los próximos años. Sobre la mesa un contrato que supone una nueva inversión millonaria. ¿Pero quién se beneficia realmente de la Fórmula 1? El Ayuntamiento de Barcelona ya anunció que iría retirando su aportación económica a este evento paulatinamente. La Generalitat de Cataluña afirma que está comprometida con los grandes premios en Montmeló y está dispuesta, parece ser, a seguir inyectando una suma de dinero que recuerda a aquellos “maravillosos” años de despilfarro de la Comunitat Valenciana.
Es curioso ver como sectores empresariales privados se erigen como grandes defensores de la F1 en Cataluña, pero a la hora de la verdad no realizan ninguna aportación al evento, y dejan toda la carga económica a la administración pública. Recientemente, el presidente de la patronal Fomento del Trabajo aseguraba que es imprescindible que el circuito de Montmeló continúe acogimiento esta cita automovilística. No tardó en pedir a las instituciones que lo garanticen, pero en ningún momento mencionó el apoyo económico empresarial. El gobierno se ve abocado a asumir las pérdidas que genera la F1 mientras otros deben estar recogiendo sus beneficios.
El Circuito ha generado más de 10 millones de euros en pérdidas en 2018 y en la última década acumula unas pérdidas totales de 50,5 millones. Ni el sector hotelero, ni el sector comercial, ni el automovilístico han mostrado ningún interés en poner dinero para este evento. Y es curioso ver como en otros destinos homologables a Cataluña, como es el caso de Holanda, han recuperado su Gran Premio de F1 gracias a las aportaciones totalmente privadas ya que la administración rechazó participar al encontrar “injustificable” destinar dinero del contribuyente a un evento de estas características. La operación de renovación del acuerdo con el Circuito Barcelona-Cataluña recuerda a otras épocas y propias de destinos nada homologables al nuestro.