En sólo seis meses el turismo ha pasado de ser el problema más grave de los ciudadanos de Barcelona a ocupar la quinta posición, según el barómetro del Ayuntamiento.
En junio, por primera vez, el turismo se situó como primera preocupación de los barceloneses debido a la mala imagen que estaban trasladando del sector. La turismofobia estaba fuertemente instalada en la ciudad y la propuesta de hacer una gestión diferente del turismo era una necesidad.
En aquel momento fueron un 19% de las personas encuestadas las que señalaron el turismo como el principal problema en el barómetro municipal. Ahora el porcentaje baja hasta el 7% y el turismo es la quinta preocupación de los barceloneses, empatada con la gestión municipal.
La situación política catalana y el encaje «Cataluña / España» ocupan la primera posición de las preocupaciones. La contaminación atmosférica, el paro y las condiciones laborales también preocupan más que el turismo.
Queda claro que la sobreexposición mediática en parámetros negativos a una temática contribuye decisivamente a que sea percibida como problema. Hay que hacer una llamada a la responsabilidad de todos para evitar magnificar sólo los aspectos negativos del turismo y ocultar sus beneficios. Se trata de una actividad a preservar por su impacto positivo sobre la economía local.