El turismo enogastronómico deja 5.000 millones en España
Entre las razones para visitar España, la enogastronomía es una de las motivaciones que más ha crecido en los últimos años. Un 10% de los turistas extranjeros que llegaron a España dicen que una de las principales razones para visitarla ha sido para disfrutar de la comida y el vino.
El turismo enogastronómico deja en España sobre los 5.000 millones de euros. Según una encuesta de satisfacción, los visitantes puntúan esta oferta con un 8,3 sobre 10. Los beneficios de una buena explotación de la riqueza culinaria y enológica son claros: desestacionalización y reequilibrio socio-territorial.
La posición de liderazgo gastronómico a nivel internacional de España se sustenta en la diversidad de productos, la dieta mediterránea, la cultura de las tapas y el papel de grandes chefs de relevancia mundial como Ferran Adrià.
El sector turístico hace tiempo que quiere aprovechar el tirón y el buen posicionamiento de la cocina española para atraer turismo. La enogastronomía es ya un producto que todos los destinos explotan porque representa un producto de alto valor para los clientes. La asignatura pendiente para su desarrollo se encuentra en la falta de un modelo que estimule la cooperación público-privada.
El turismo de experiencias, la nueva tendencia de los destinos para ataer clientes, liga muy bien con la gastronomía. Ahora falta desarrollar estrategias más ambiciosas e innovadoras y formatos de promoción y marketing adecuados. También dar valor a la oferta actual, no siempre bien estructurada para el consumo del turista, y que aumente el nivel de satisfacción de la demanda.
El destino debe combinar los recursos y servicios turísticos de un territorio con sus productos gastronómicos. Acompañándolo con una optimización de la promoción y comercialización conjunta que genere riqueza económica y beneficios sociales en el territorio.