El sector turístico catalán necesita formación y prestigio
El sector turístico es “percibido como poco estable desde el punto de vista laboral” lo que “puede dificultar la atracción de talento por parte de las empresas turísticas, así como desincentivar la inversión de recursos en formación”, esta es una de las conclusiones de un estudio elaborado por el Consejo de Trabajo, Económico y Social de Catalunya (CTESC).
El estudio analiza las necesidades en formación del sector y el encaje de la oferta formativa con las necesidades requeridas por las empresas. El 11, 6% del total de personas ocupadas en Catalunya lo están en el sector turístico. Las características de los puestos de trabajo en turismo están marcados por un “componente estacional, concentrado básicamente en el segundo y tercer trimestre del año”. Este hecho supone que “muchas de las relaciones laborales sean temporales y precisen de formas laborales flexibles, no sólo en términos de estacionalidad anual, sino también dentro de espacios más cortos, como la semana o incluso el día”, explican.
Esta flexibilidad está ligada con las condiciones de trabajo, caracterizadas por horarios de trabajo frecuentemente irregulares, turnos discontinuos, de fin de semana, nocturnos o en periodos vacacionales.
El CTESC recomienda revalorizar al sector turístico entre la población, para que las personas perciban que es un sector con futuro y con carrera profesional. También propone mejorar la estabilidad y las condiciones de las relaciones laborales del sector turístico para fidelizar a los trabajadores del sector e incrementar su compromiso. Apuesta por promocionar un nuevo sistema retributivo que conjugue salarios con capacitación y productividad.
Para el CTESC el "sector turístico" (alojamiento, restauración, transportes, intermediación turística y actividades de ocio y entretenimiento) en general, “invierte poco en formación; una de cada tres empresas turísticas no ha hecho ni hará formación, porcentaje que se eleva entre las empresas del transporte turístico y restauración”. Como norma las prioridades de formación se concentran en los ámbitos de las lenguas extranjeras, la cocina, los viajes, la cultura y los museos, y las competencias en informática y nuevas tecnologías.
El estudio del Consejo de Trabajo también ha comparado la oferta formativa con la demanda de formación por parte de las empresas. Los empleos de chefs y cocineros son las más difíciles de cubrir por falta de profesionales y formación. Mientras, una gran parte de las acciones formativas que han analizado van dirigidas a los empleos del área de alojamiento. Sin embargo, detectan un déficit de competencias para desarrollar de manera idónea las tareas propias de la categoría ocupacional en el área de alojamiento.
Pero donde encuentran los déficits más importante en competencias, habilidades, conocimientos y actitudes del personal para desarrollar las tareas propias del puesto de trabajo es en las categorías del área dirección-gerencia, y comercialización y marketing, sentencia el CTESC.