El riesgo de los viajes turísticos al espacio y al fondo del océano
La desaparición del minisubmarino que visitaba los restos del Titanic con 5 pasajeros ha puesto al descubierto los riesgos de unas propuestas turísticas de máxima exclusividad. Los clientes, que son de altísimo poder adquisitivo –han pagado entre 200 mil y 250 mil euros-, quieren vivir experiencias únicas.
Muchas empresas estaban organizando visitas a la zona del naufragio. La atracción que genera el Titanic lo han convertido en una nueva propuesta turística. La del submarino ya es la versión más Top de las actividades que se ofrecen.
Entre los desaparecidos en este viaje de OceanGate Expeditions se encuentran un multimillonario británico y otro pakistaní, además de otras personas con capacidad para pagar el trayecto.
Los viajes exclusivos al fondo del océano mantienen muchas similitudes con los viajes espaciales. Son experiencias que muy pocas personas pueden disfrutar por el alto precio. Ambas identifican al cliente con un explorador, astronauta, científico…, una persona elegida que vivirá un viaje único.
Richard Branson con su Virgin Galactic, Jeff Bezos con Blue Origin y Elon Musk con SpaceX son tres de las iniciativas aeroespaciales que comercializan experiencias en el espacio para turistas premium. Vuelos orbitales, no exentos de riesgos, con precios que pocas personas pueden pagar.
La búsqueda de la exclusividad en el turismo ha llegado hasta este punto, conjugar “lo único” con “lo peligroso”. En Estados Unidos se ha movilizado a toda la Guardia Costera para encontrar el sumergible perdido en el Atlántico. La vida de los 5 tripulantes está en riesgo, sólo tienen oxígeno para pocas horas.