El bajo coste aéreo está perdiendo fuerza
Las líneas aéreas de bajo coste con poco músculo están quebrando. No despiertan atractivo entre los inversores y las compañías no resisten las presiones financieras de su actividad.
Aerolíneas como la islandesa Wow Air, la alemana Germania, la británica Flybmi o la danesa Primera Air han quebrado en los últimos meses. Un goteo de cierres que afectan a las conexiones de destinos como Barcelona o Madrid.
No está en cuestión el modelo del bajo coste, que seguirá funcionando. Existe un mercado que demanda precios ajustados a los servicios recibidos y empresas que van aplicando recargos a los servicios adicionales.
Este negocio del lowcost tiene futuro, pero en el caso de las compañías aéreas sus necesidades económicas son tan importantes que con la política de precios bajos cualquier dificultad las pone contra las cuerdas. Algunas empresas de este segmento aéreo no consiguen hacer despegar los beneficios. Existe mercado, pero las aerolíneas de bajo coste están especializándose, tienen que encontrar su nicho de demanda (ya sea el largo recorrido, los servicios de business…) Como dicen los economistas, en este modelo de negocio las compañías deben encontrar su «propuesta de valor» para no caer en los números rojos o la quiebra.