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Difícil reconciliación entre el turismo y los vecinos de Barcelona

El debate sobre el turismo y su encaje social en la ciudad de Barcelona se encuentra en una situación crítica. La audiencia pública organizada por el ayuntamiento a petición de diferentes asociaciones evidenció la tensión que existe alrededor del modelo turístico. Sin turismofobia, pero con críticas a la gestión del turismo.

La audiencia, un acto que daba voz a vecinos, entidades y asociaciones, puso de manifiesto la división de opiniones y sobre todo la oposición frontal hacia la actividad turística por parte de aquellos que sufren las molestias del turismo. La expectación fue máxima y una hora antes de empezar el acto ya se formó cola entre aquellos que no se lo querían perder. La sala se quedó pequeña y mucho público se quedó fuera.

Representantes de los barrios con más presión turística, Ciutat Vella y la Sagrada Familia, fueron implacables. Los vecinos de la Barceloneta apostaron directamente por «la abolición total de los apartamentos y habitaciones turísticas en toda la ciudad». El presidente de la Federación de Vecinos pidió una moratoria sobre la concesión de licencias de hoteles en Barcelona. Los apartamentos turísticos generan molestias, los hoteles hacen desaparecer los comercios tradicionales a su alrededor, convivir con el turismo es una pesadilla… fueron algunas de las intervenciones vecinales.

La teniente de alcalde de Promoción Económica, Sònia Recasens, salió en defensa del sector. Reconoció que hay desequilibrios que se tienen que corregir pero el modelo turístico de Barcelona es un éxito, “un éxito que se tiene que saber gestionar”. La posición del ayuntamiento fue conciliadora y se comprometió a elaborar un pacto ciudadano sobre el turismo. También anunció que gestionará el 48% de la tasa turística que se recauda en la ciudad. Este dinero lo destinará a las zonas con más presión de turistas para paliar las consecuencias negativas del turismo.

Los que defendieron la actividad turística abogaban por una buena gestión de los apartamentos, resolver el problema del incivismo, y conseguir el equilibrio entre la ciudad y el turismo. Algunos partidarios del alquiler de habitaciones a turistas, como el presidente de la Asociación de Anfitriones de Barcelona, que agrupa a alquiladores de habitaciones en casas particulares, pidieron que se regularizara su actividad. Defendía que sus clientes no dan problemas y que hacen más vida de barrio que los turistas de los hoteles. Complicado panorama en la ciudad Condal a pocos meses de elecciones municipales.

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