Desatada la alarma por la cepa sudafricana del covid

La nueva mutación del Covid-19 detectada en el sur del continente africano pone en alerta a los países y a la comunidad científica. Ómicron, como se ha denominado a esta variante, supone una prueba de fuego para las vacunes. La Organización Mundial de la Salud teme un mayor riesgo de reinfección con esta variante. En las próximas semanas se sabrá si son efectivas y minimizan sus efectos o por el contrario supone una nueva oleada de infecciones.

Por el momento Europa ha decidido protegerse cancelando los vuelos procedentes del sur de África e imponiendo pruebas y cuarentenas a los europeos que lleguen o hayan estado en la zona. El virus mutado ya se ha detectado en Europa. Ante la incertidumbre, las bolsas han reacciona con un hundimiento muy pronunciado que no se producía desde hace año y medio. En algunos casos las caídas han sido espectaculares.

El cierre de fronteras con África no es un buen preludio y preocupa su extensión por el resto del planeta, lo que llevaría a un nuevo bloqueo de la movilidad a escala global. La primera medida tomada por las administraciones en el ámbito social es la recuperación del pasaporte covid para realizar buena parte de las actividades diarias de los ciudadanos. Se trata de una forma de presión a los no vacunados para que den el paso y suba la tasa de inmunización y con ella bajen los casos críticos por infección.

Las farmacéuticas ya están estudiando la nueva variante. En el caso de Pfizer se ha comprometido con la Unión Europea a tener una readaptación de la vacuna contra la Ómicron en poco más de tres meses. Mientras el presidente de la empresa española Hipra, que está ensayando una vacuna propia que podría estar autorizada para el primer trimestre de 2020, ha anunciado que su compuesto puede adaptarse a la ómicron en cuatro meses.