Cruceros sostenibles y críticas por contaminantes
El sector crucerista está empeñado en demostrar su compromiso con la sostenibilidad aplicando sistemas que reducen las emisiones y optimizan el consumo energético y de agua. En muchos casos son ejemplo de buenas prácticas, de aplicación de nuevas tecnologías medioambientales, aunque a nivel social son acusados de generar mucha contaminación.
La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) se apresura en explicar que centenares de barcos están preparados para conectarse con la red eléctrica cuando llegan a puerto para cortar la combustión y que tienen algunas decenas de embarcaciones realizando pruebas con biocombustibles. Además, superan los dos centenares de cruceros los que aplican un tratamiento puntero de aguas residuales.
La industria de los cruceros quiere aproximarse en el 2050 al objetivo de emisiones netas cero. Está construyendo para los próximos años medio centenar de barcos, con una inversión cercana a los 60.000 millones de euros. Estos futuros cruceros ya incluyen las novedades tecnológicas en materia ambiental.
Los puertos no se ponen las pilas con la electrificación
Uno de los retos de la industria es que los puertos estén electrificados. De poco sirve adaptar las embarcaciones para que corten las emisiones cuando están amarrados si sólo un 2% de las infraestructuras a nivel mundial permiten la conexión con la red eléctrica. Actualmente, CLIA cuantifica en apenas 32 los puertos preparados. En España, Barcelona, Valencia, Cádiz y Bilbao están preparando su electrificación.
La patronal CLIA no para de explicar su compromiso con la sostenibilidad. Sus representantes aprovechan cualquier oportunidad pública para ofrecer datos concretos de la realidad del sector para eliminar el estigma de industria contaminante.