Competencia desmonta la propuesta de regulación de alojamientos catalanes
La Autoridad Catalana de la Competencia ha emitido un informe demoledor sobre el decreto de reglamento de turismo de Cataluña que está a punto de aprobarse. Ha analizado el proyecto y ha realizado unas consideraciones que caen como un jarro de agua fría sobre el objetivo de la nueva normativa. La Autoridad afirma que “no respeta los principios de una buena regulación económica favorecedora de la competencia”.
Entre las consideraciones generales que realiza destaca el esfuerzo que ha hecho la dirección general de Turismo catalana para reducir la dispersión normativa sobre alojamiento pero seguidamente afirma que “no da respuesta satisfactoria a las necesidades de simplificación y flexibilización del régimen al cual está sometida la actividad turística en Cataluña”. En este sentido considera que “se impone unos elevadísimos requisitos técnicos y servicios mínimos para el ejercicio de la actividad” y que “se trata de una norma de difícil verificación de su cumplimiento por parte de la administración”.
Capítulo aparte reciben en el informe la intención de la Generalitat de regular las habitaciones particulares y el alquiler de viviendas. La Autoridad de la Competencia se alinea con el colectivo de anfitriones de Airbnb que critican el intento de asimilar su actividad particular a la de empresarios turísticos. Competencia considera que este proyecto equipara el alquiler de viviendas y habitaciones individuales particulares a la oferta turística tradicional y la somete al mismo régimen. Además, cree que la Generalitat establece numerosas limitaciones y condicionantes para realizarla sin que se expliciten los motivos. Como conclusión el informe dice que “esta oferta de alojamiento requiere de una regulación flexible y que no resulta apropiado aplicarle los parámetros de la regulación tradicional”.
Otro punto que dispara a la línea de flotación de la política turística de la Generalitat de Cataluña y de la cual ha hecho bandera se refiere a la obligatoriedad de hacer constar el número de Registro de Turismo en cualquier publicidad y comunicación del establecimiento. Justamente la Generalitat quiere exportar este modelo como ejemplo y como forma de detectar la oferta ilegal. En virtud de esta obligación ya se han incoado expedientes sancionadores y es el arma más fuerte que tiene la administración para perseguir el intrusismo. Pues sobre este aspecto la Autoridad de la Competencia es contundente: la obligación de hacer constar la clasificación e identificación de los servicios turísticos en toda publicidad y documentación “resulta un requisito que no se puede calificar de necesario, no se encuentra ninguna justificación”. Y por eso recomienda que el proyecto reconsidere esta obligación.
Por último, el informe de competencia también dedica unos comentarios sobre la regulación de las agencias de viajes y los guías turísticos. Sobre los agentes de viajes critica por no justificada la reserva de actividad de organizar y comercializar viajes combinados, pide eliminar el requisito de disponer de un local de atención presencial y quiere que se justifique las necesidades mínimas de los seguros. Sobre la actividad de los guías de turismo, Competencia considera imprescindible “profundizar en la liberalización de los servicios de guía de turismo en Cataluña».