Cambios, dimisiones y vacantes: movimientos políticos en el turismo
El fiasco de Renfe, la marcha de la Ministra de Turismo, la dirección vacante de Turismo de Barcelona son algunos de los ejemplos de sillas sacudidas por intereses políticos ante las elecciones municipales de mayo.
La Ministra de Transportes, Raquel Sánchez, ha subido el listón de los cargos que asumen responsabilidades por el desastre de los trenes que no daban las medidas de los túneles de la red viaria cantábrica. Ha ofrecido a los presidentes de Asturias, Adrián Barbón, y Cantabria, Miguel Ángel Revilla, las cabezas del presidente de Renfe y de su Secretaria de Estado.
Isaías Táboas, presidente de Renfe e Isabel Pardo de Vera, secretaria de Estado de Transportes, han cesado dando paso a los nombramientos casi automáticos de Raül Blanco, exsecretario general de Industria, para presidir Renfe, y a David Lucas, secretario de Vivienda, para la Secretaría de Estado de Transportes.
A estos movimientos en el gobierno de España hay que sumarle la reciente marcha de Fernando Valdés como secretario de Estado de Turismo que fue sustituido por Rosana Morillo, y la más significativa será la próxima dimisión de la Ministra de Turismo, Reyes Maroto, que es la candidata a la alcaldía de Madrid. Esta futura marcha puede conllevar aún más cambios.
Y es que las tensiones políticas se acentúan a medida que se acercan los comicios. Los políticos intentan marcar perfil y no dar pasos en falso. En esta línea también se ha movido Turismo de Barcelona que cesó en septiembre a Marián Muro como directora general y tras iniciar un proceso de selección ha anunciado que lo pospone hasta pasar las elecciones municipales.
No es buena noticia para el sector que la importante gestión del organismo turístico de Barcelona quede suspendida por intereses políticos. Eduard Torres, actual presidente del consorcio, asumirá provisionalmente la posición directiva. Entre la marcha de Muro hasta el nombramiento de la persona que la substituya podría pasar un año.
