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Reportajes

La crisis económica que no pudo salvar el turismo

Por primera vez una crisis económica en España no ha contado con el sector turístico como industria que salve al conjunto de la economía. El parón generalizado de las economías que trajo el coronavirus obligó a parar la movilidad, algo que no había pasado antes y que ha sido mortal para el turismo.

La economía española y las europeas no recuperarán el PIB habitual hasta el 2023. Existen aún limitaciones a la movilidad intercontinental. También algunos cambios en las actitudes de los agentes económicos están afectando a los viajes de negocio. El turismo MICE lleva una recuperación al ralentí.

Viene un periodo de precios altos, especialmente en la energía, que forzará a tomar medidas por parte de las economías estatales y las empresas. Por ejemplo, aplicar la transición energética, pensar en buscar nuevas fuentes de energía e instalarlas en los establecimientos. El otro elemento que ha acelerado la crisis es el de la necesaria digitalización. Las empresas que no se digitalicen podrán quedar fuera del mercado a medio plazo.

Los daños de la crisis europea iniciada por el coronavirus, seguida por la guerra y rematada por la inflación podría afectar a los viajes si se traslada al consumo y se genera una psicosis de recesión.

Estas son algunas de las reflexiones que los economistas vierten en los diferentes foros cuando se refieren al futuro del sector turístico. Como cuentan, nunca se había vivido una crisis económica en España en la que el sector turístico no fuera el sector que saliera al rescate del país. Ahora se ha entrado en un nuevo paradigma difícil de descifrar con cambios que van a mucha velocidad.

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