Palma marca el camino para limitar los cruceros
El Gobierno de las Islas Baleares y las navieras han firmado un acuerdo que limita a 8.500 cruceristas el número máximo que podrán coincidir en el puerto de Palma de Mallorca. Tampoco podrán coincidir más de tres cruceros en un día, y sólo uno podrá tener más de 5.000 pasajeros.
El acuerdo tiene categoría de memorando de intenciones, pero carece de normativa de obligado complemento. Legalmente es muy complicado implantar una limitación de ese tipo.
Otras ciudades miran de reojo esta iniciativa que podría ser un precedente en espacios en los que la actividad crucerista está muy contestada como en el caso de Barcelona (principal puerto de cruceros del Mediterráneo).
La presidenta balear Francina Armengol ha declarado: «queremos huir de la masificación, para que el turismo tenga futuro también debe ser equilibrado con los residentes que tienen sus derechos».
Además de las restricciones a las embarcaciones, la administración instalará diez sensores para analizar las micropartículas de la atmósfera y controlar la calidad del aire. La contaminación es una de las externalidades negativas que se le atribuye a la actividad de los cruceros.
