La feria turística WTM de Londres ha servido para tomar la temperatura al mercado emisor británico que pasa por una situación compleja. El cambio de comportamiento de los nuevos turistas, con nuevos intereses, y el Brexit, han planeado durante el certamen londinense.
Los operadores del Reino Unido ven el Brexit como una espada de Damocles que cuelga sobre sus cabezas. La negociación sobre los condicionantes de la salida que están llevando a cabo el gobierno británico y las autoridades de la Unión Europea serán clave. La industria del viaje británica sigue esperanzada sobre el futuro ya que todavía no se resiente la demanda aunque el Brexit sigue siendo la gran incógnita.
Los datos del emisor turístico para España son, en cierto modo, desconcertantes. El turista procedente del Reino Unido es el principal, muy por delante del segundo, Alemania. Pero en lo que llevamos de 2018 el número de visitantes británicos ha caído un 3%, según la encuesta Frontur. Este descenso es más preocupante en el caso de Cataluña, que se ha multiplicado por dos. De enero a septiembre los turistas del Reino Unido han caído un 7,5% en el destino catalán.
Esta situación es preocupante en cuanto el emisor se ha mantenido estable. Los británicos han seguido saliendo de su país a un ritmo similar al de otros años y parece que tienen intención de seguir en 2019.
Así los resultados están siendo pésimos para nuestro sector turístico. ¿Cómo puede ser que el resultado sea tan negativo cuando el 60% de los británicos ha viajado fuera de su país este año frente al 57% del pasado?
Quizás la debilidad de la libra frente al euro ha podido influir en la elección de otros destinos como puede ser Turquía.
Para hacer frente a este descenso se han activado los contactos con las asociaciones de agencias de viajes como ABTA o AITO. Aunque lo importante será descubrir las causas de este descenso. Sin conocer los motivos es difícil encontrar soluciones.