Una quinta parte de las ventas de los comercios de la ciudad de Barcelona la realizan los turistas. El impacto de la actividad turística sobre el sector comercial es vital.
La capital catalana basa el 18% de su comercio en los turistas, según las conclusiones del estudio «Impacto socioeconómico de las compras turísticas en la ciudad de Barcelona», un informe elaborado por Barcelona Abierta, con la colaboración del Gremio de Hoteles de Barcelona. Una afirmación destacada del estudio: «al menos 1.200 comercios del centro de Barcelona deberían cerrar si no hubiera ventas turísticas». Y es que un 37% de los comercios facturan más de un 30% a los clientes turistas.
Pero es que los comercios que tienen entre sus clientes a los turistas generan más puestos de trabajo. La comparativa entre establecimientos muestra como en las zonas de gran intensidad turística dan trabajo a 4’8 personas por cada 100m2 mientras que los comercios que no atienden este cliente el ratio es muy inferior, 3’7 personas por cada 100m2. Los mismos cálculos indican que ocupa 26.200 puestos de trabajo, el 29% del total de trabajadores del comercio de Barcelona.
Las compras turísticas tienen un efecto directo sobre la economía de la ciudad superiores a los 2.000 millones de euros que representan el 18% de la facturación del comercio de la capital catalana. Además gastan 4.600 millones de euros en compras, restauración y comida para cocinar en el alojamiento. Es por eso que vale la pena proteger una actividad que en la ciudad se asocia a aspectos negativos, como la saturación, el incivismo o las molestias vecinales…
El turismo de compras en España crece un 2% al año, frente a la caída del 8% que registra Europa. Pero un dato significativo es que mientras un turista en Francia gasta 1.200 euros, en España no pasa de los 500 euros.
